Chetumal, Quintana Roo. 24 de febrero de 2020.
Es un honor para mí haber sido distinguido en representación de Quintana Roo para hacer uso de la palabra en esta ceremonia cívica conmemorativa del 199 aniversario del día de nuestra bandera nacional.
El día de hoy conmemoramos uno de los símbolos patrios más emblemáticos y preciados de nuestra nación, la cual está conformada por los acontecimientos más importantes que nos identifican como país.
Hoy 24 de febrero, celebramos un aniversario más del pronunciamiento del Plan de Iguala como el acontecimiento que dio la concreción del México independiente, el momento en que Agustín de Iturbide al frente del Ejercito Trigarante adoptó por primera vez como símbolo una bandera con una franja verde, blanca y roja y al centro un águila, uniéndose con Vicente Guerrero en Acatempan con un objetivo común.
Ese hecho histórico nos muestra que cuando las voluntades se unen en pos de un propósito los resultados son alcanzables y justamente hoy que recordamos al acuerdo que dio origen a nuestra gran nación y podemos ver reflejado en este estado de Quintana Roo cómo el empuje de grandes proyectos se está viendo cristalizado en base al acuerdo entre sociedad y gobierno.
La bandera es, junto con el escudo y el himno nacional, el símbolo patrio de carácter oficial de los Estados Unidos Mexicanos que nos unifica como mexicanos y fortalece el sentido de identidad de nuestro pueblo, es una expresión auténtica de nuestros orígenes como una nación libre y soberana. Así lo expresan las leyes y lo ratifica la voluntad del pueblo de México.
Lo que celebramos hoy no es la existencia de un lienzo que ondea en las plazas cívicas de nuestras ciudades o en las astas de las instituciones, lo que celebramos hoy es la esencia de un país con identidad bien definida. Por eso, nuestra bandera simboliza el resultado de la lucha, del esfuerzo, es un recordatorio de los retos vencidos y la esperanza de las grandes oportunidades que tenemos para ser mejores, esperanza que se mantiene viva por la motivación de su gente.
Nuestra enseña nacional, debemos mantenerla viva en nuestros corazones, tenemos que traducir cada uno de sus significados en una forma de ser y actuar como ciudadanos, como autoridades, como gobernantes, debe recordarnos los valores para servir día a día como nación, la unión, la solidaridad, la generosidad y la paz.
A los servidores públicos nos recuerda nuestra responsabilidad de servicio que tenemos con todo el pueblo mexicano, celebremos su existencia, pero sobre todo retomemos cada uno de sus elementos con acción desde la trinchera que nos toca y desde el rol que tenemos en nuestras familias, en nuestras escuelas, trabajos, instituciones y en nuestra comunidad.
En Quintana Roo ondeamos nuestra bandera con orgullo porque somos un estado motor del crecimiento de nuestro país, generador de riqueza económica y conocimiento, nuestro trabajo, las tradiciones, la visión innovadora, son la contribución a la construcción de la nación. La bandera nos pertenece a todos, no es una insignia de un grupo específico, es el símbolo más democrático y universal de nuestro México.
Todos debemos comprometernos, no solo los adultos, también ustedes, las niñas, niños, adolescentes, jóvenes, estudiantes, deben de sentir el honor de involucrarse con nuestro país, adoptar el verde, el blanco y el rojo como un modo de vida; recordar la esperanza, la unidad y la valentía de todos los héroes que han derramado su sangre por nuestra Patria y por nuestra libertad, recordar y enaltecer a nuestros héroes del presente, a nuestra gente que a diario defiende nuestra libertad con orgullo, convicción, fortaleza y compromiso por su patria que se sacrifican para que todos vivamos seguros.
Todos le rendimos honores con cada una de nuestras acciones y nuestro trabajo con honestidad, con el respeto y el amor que le guardamos a nuestra Patria mientras siga siendo así México seguirá unido, fuerte e independiente y ¿cuál es nuestro papel como adultos? A nosotros nos corresponde formar y guiar a los nuevos ciudadanos para que tengan oportunidades de desarrollo, fomentar esa vocación de servicio y con esa pureza salir adelante y seguir construyendo en México del presente que proyectará con cada acción un México más próspero.
No quiero concluir sin antes parafrasear el juramento que se hace a nuestro lábaro patrio. Nuestra bandera es un legado de nuestros héroes, es un símbolo de unidad de nuestros padres y de nuestros hermanos, es el símbolo en el que los mexicanos encontramos nuestro pasado para mirar con orgullo y unidad nuestro futuro.