Buen día, cómo están.
Me da gusto saludarles en esta Ruta de la Privacidad: Inteligencia Artificial, temas que hoy son muy importantes y que tal vez no nos hubiéramos imaginado hace algunos años.
Me da mucho gusto saludar al maestro Adrián Alcalá Méndez, comisionado del Instituto Nacional de Transparencia Datos a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y también a la maestra Blanca Lilia Ibarra Cadena, comisionada presidenta de este Instituto, a quien mandamos un saludo, de igual manera la doctora Norma Julieta del Río Venegas, comisionada también del Instituto, la licenciada Luz María Mariscal Cárdenas, coordinadora de los organismos garantes del Sistema Nacional de Transparencia y saludar por supuesto al señor comisionado presidente del Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales de Quintana Roo a Orlando Espinosa, al diputado Carlos Hernández, al magistrado Juan García, al maestro Arístides Rodrigo Guerrero García, coordinador de la Comisión de Protección de Datos Personales, al secretario de Turismo del Estado Bernardo Cueto.
Saludar también al magistrado Jesús Antonio Villalobos, a la doctora Rosaura Villanueva Fiscal Especializada en el Combate a la Corrupción de Quintana Roo, a don Manuel Palacios, auditor superior del Estado, comisionadas, comisionados del Sistema Nacional de Transparencia, funcionarios estatales y municipales, amigas, amigos.
Me da mucho gusto compartir con ustedes este foro dedicado a la Ciberseguridad y los datos personales, orientado al ámbito turístico, actividad en la que nuestro estado es referente a nivel mundial.
Pero no es solo la seguridad de las personas en el ámbito turístico la que nos mueve a trabajar en el análisis de los desafíos que impone el uso amplio de la tecnología, el creciente mercado digital, la expansión del Big Data y el Internet, sino también como la transparencia se tiene que adaptar también a las herramientas digitales y que la información que se brinda ofrezca una garantía de privacidad.
Hoy la sociedad demanda gobiernos abiertos, abiertos al escrutinio, a la evaluación. Exige también gobiernos sensibles, que brinden confianza. Y para lograr esto, es indispensable un cambio de actitud. Se requiere caminar sobre una cultura de la legalidad, la transparencia, la honestidad, el derecho de las personas.
Se necesita por lo tanto que, los servidores públicos o quienes concentran la información personal, no sólo asuman la responsabilidad de cumplir la ley, sino que sepan también que las herramientas digitales están dando certeza a los ciudadanos, y que a través de ellas estamos previniendo y erradicando la corrupción en sus distintas modalidades.
Bajo esos parámetros estamos hablando sobre todo de una seguridad ciudadana donde la participación activa de la sociedad en los asuntos públicos debe ser fundamental y garante del sistema.
Las debilidades del marco normativo, organizacional e institucional siempre abren espacios a la corrupción y a la impunidad. Es por ello que estos ejercicios que hoy estamos desarrollando fortalecen el Estado de derecho y la credibilidad de la sociedad en sus instituciones.
El reto que afrontamos es transitar de una democracia donde la participación de la sociedad está limitada a la elección de sus gobernantes, a una democracia de ciudadanos, donde las instituciones garanticen el pleno ejercicio de sus derechos.
Esta visión más amplia de la democracia implica la redefinición de la acción de gobernar, bajo la cual se reconoce que la complejidad de los problemas y los desafíos que la sociedad enfrenta, demandan nuevas formas de actuación e interacción entre la sociedad y el gobierno.
Eso es lo que queremos para nuestro estado, la medición y evaluación de la gestión pública, la profesionalización del servicio público y los renovados compromisos de combate y detección de prácticas de corrupción. Es imperativo hacer más transparente la gestión administrativa y consolidar una nueva cultura de rendición de cuentas a favor de la sociedad.
Hoy las nuevas tecnologías son una punta de lanza y una herramienta más que importante para ello.
Las prioridades son, por lo tanto, consolidar una nueva relación del gobierno con la ciudadanía, la aplicación irrestricta de la ley y la plena vigencia de los principios de integridad y transparencia.
Así como necesitamos mantener una estrecha relación y corresponsabilidad entre autoridades federales, estatales y municipales, ya que la ciudadanía no distingue entre la competencia de un acto delictivo del orden federal o local, y sin embargo, demanda y exige una pronta respuesta por parte de sus autoridades.
Hay que fomentar en el ciudadano y servidor público una cultura en donde sea más costoso dar o recibir el favor ilegal que el beneficio esperado de esa conducta; una cultura en la que se perciba como alta la probabilidad de que se imponga una sanción y en la que se valore como socialmente indeseable todo tipo de fraude o corrupción.
Un buen gobierno es resultado de un diseño institucional en donde la participación de la sociedad juega un papel fundamental. Hoy día la sociedad demanda con mayor fuerza ese gobierno abierto, abierto al escrutinio y a la evaluación de la ciudadanía. Exige un gobierno sensible, que sepa escuchar, y que sea cercano a la gente.
Tenemos un compromiso decidido de prevenir y combatir todo tipo de corrupción. Hoy cada quintanarroense puede tener la plena certeza que ante hechos ilícitos el gobierno se mantendrá: Cero Tolerancia y no existirá ninguna excepción a este comentario.
Esto se verá reflejado en una mejor calidad de gestión en un amplio fortalecimiento de la democracia participativa y sobre todo en un mejor bienestar ciudadano que además cuide la privacidad de todos los participantes.
Muchas felicidades por llevar a cabo este evento de gran importancia para Quintana Roo, por supuesto para nuestro país, para la transparencia y para el cuidado también de los datos de cada una de las personas que lo integran.
Muchas gracias.