Lázaro Cárdenas, Quintana Roo. 1 de junio 2020.
Buenas tardes, con el gusto de saludarles.
Señor presidente de México licenciado Andrés Manuel López Obrador, bienvenido a Quintana Roo, bienvenido aquí a Lázaro Cárdenas Quintana Roo, nos da mucho gusto recibirle.
Saludo al señor secretario de Comunicaciones y Transportes don, Javier Jiménez Espriú; al señor secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués; a la doctora Guadalupe Phillips Margáin, directora general de ICA, al General Crescencio Sandoval secretario de la Defensa Nacional; a don Rogelio Jiménez Pons, director de FONATUR; a don Daniel Chávez presidente del Grupo Vidanta y al señor presidente municipal de Lázaro Cárdenas don Nivardo Mena, saludos a todos.
Quienes nacimos y vivimos inmersos en el turismo, estamos convencidos de que esta actividad es la gran alternativa como verdadera palanca del desarrollo nacional, y especialmente desde la perspectiva social.
Natura, historia y cultura se conjuntaron en nuestro país.
Desde nuestro origen, hemos sido uno de los pocos países que cuentan con importantes recursos naturales y con una gran variedad de formas de vida, y por eso nos reconocen como una nación megadiversa.
Esta circunstancia es la razón de nuestro desarrollo multiétnico y del impresionante bagaje cultural.
Es la base de nuestra identidad como nación, porque la identidad no es otra cosa que el lado subjetivo de nuestra cultura,
La cultura interiorizada en forma específica.
Esta riqueza natural y cultural, ha sido y es hoy, más que nunca, una oportunidad sin precedentes.
Sin duda, impulsar el turismo en la actualidad se plantea como una de las mejores opciones para generar desarrollo.
Es una medida específica para enfrentar el reto de disminuir la pobreza y reducir la desigualdad.
Y allí esta uno de los puntos clave del papel social que debe jugar el turismo en nuestro país.
Debe concebirse como un elemento poderoso que vincula afectivamente a los mexicanos con su patria.
Ser, desde la perspectiva pedagógica, una potencial herramienta para su desarrollo.
Así se planeó y hay base para ello.
Recordemos que el Artículo 3º Constitucional, establece que la educación que imparta el estado deberá fomentar el amor a la patria.
Así lo concibió don Jaime Torres Bodet en la reforma constitucional que aún es vigente.
¿Cómo se puede amar algo que no se conoce?
Los ciudadanos que más aman a su país, son aquellos que lo conocen, que lo recorren y lo han recorrido ellos mismos en cada rincón regional que visitan.
Que encuentran en su país, las opciones para su desarrollo integral, individual y colectivo.
La visión constitucional educativa, determina que ese fomento del amor a la patria, incluye un elemento económico fundamental.
En el mismo precepto, la Carta Magna señala que uno de los criterios de la educación obligatoria, deberá atender:
A la comprensión de nuestros problemas,
Al aprovechamiento de nuestros recursos.
Y al aseguramiento de nuestra independencia económica.
Con esta visión, a las niñas, niños y jóvenes mexicanos, se les debe enseñar desde la escuela a viajar por nuestro país por su región, para conocerla y aprender amarla y cuidarla.
A reafirmar con orgullo su sentido colectivo de pertenencia y vislumbrar posibilidades económicas para su desarrollo integral, con un sentido emprendedor.
Pensemos además en la enorme derrama económica que generaría la movilización de nuestros educandos.
Visitando lugares de incipiente turismo local, activando su economía, difundiendo su cultura, motivando el conocimiento de nuestras regiones.
Sin duda, sería un elemento adicional de fortalecimiento en la cultura de la paz y la prevención del delito.
Sin duda, la construcción del Tren Maya es una herramienta idónea para impulsar el desarrollo regional del sureste de México del mundo maya.
Tiene un sentido vinculante e integrador.
Sacbé es una palabra maya que significa “camino blanco”.
Era la palabra con la que la antigua civilización maya se refería a las vías cubiertas por piedra blanca.
Tenían 20 metros de ancho y hasta 300 km de largo, y conectaban plazas, templos, ciudades entre sí, en todo el territorio de lo que hoy conocemos como la Península de Yucatán.
Los Sacbés más conocidos son los de Chichen-Itza, Uxmal, Izamal, Cobá, Tulum, el de Puerto Morelos.
Estamos hablando de cientos de años de conexión entre grandes ciudades, entre personas y comunidades, que hoy, gracias al inicio de las obras del Tren Maya, cobra una nueva dimensión e identidad.
El Tren Maya es mucho más que una obra de infraestructura.
En realidad, representa un nuevo paradigma.
Un paradigma de integración económica, desarrollo regional y equidad social.
¿Qué pensarían los grandes arquitectos del mundo maya, si supieran que mediante un tren moderno se conectarán Palenque, ¿Chichen, Tulum?
Se imaginan las actuales generaciones, ¿La experiencia que representa visitar cinco estados de la república, que tienen un patrimonio histórico, riquezas naturales y una propuesta cultural únicos en el mundo?
Pensemos en la posibilidad de contar con un recorrido rápido, accesible, seguro y no contaminante, ¡entre destinos de clase mundial como Progreso, Holbox, Cancún, Mérida, Bacalar!
La conexión entre ciudades milenarias, el recorrido entre estados mexicanos y la posibilidad de convivir en paraísos naturales.
En Quintana Roo nos sentimos profundamente orgullosos de nuestras raíces.
Honrando el legado de nuestros antepasados, esta generación está llamada a construir un mundo de desarrollo compartido, de justicia y esperanza.
Detonar el sureste mexicano, es una tarea urgente, en la misión de abatir la desigualdad que existe en nuestro país.
Una mujer mexicana, un empresario chiapaneco, o un joven quintanarroense, deben de tener las mismas oportunidades de salir adelante, que cualquier persona que viva en el centro o norte del país.
Construir un piso mínimo de dignidad, en materia de alimentación, salud, educación, seguridad e infraestructura, es un reto fundamental en el objetivo de contar con más y mejores oportunidades para todos.
A partir de este piso de dignidad, deberá ser el esfuerzo y el mérito individual y colectivo, lo que le permita a cada persona y a cada comunidad, desarrollar su talento y progresar.
En este contexto, el hecho de que casi la mitad de las estaciones del Tren Maya se encuentran en Quintana Roo, es un reflejo de la riqueza natural, histórica y turística de nuestro estado, y una muestra de su compromiso, señor presidente, para construir una patria más justa.
El tren Maya nos permitirá estar más cerca de lo que somos y de lo que jamás deberemos abandonar.
Que potencie la posibilidad de atraer un turismo con mayor capacidad de gasto y con un perfil del visitante más orientado al ecoturismo y al turismo cultural y rural.
Impulsando el trabajo de muchas comunidades que bien pueden emprender proyectos turísticos, productivos que generen bienes y servicios a sus potenciales visitantes, pero sin perder su razón de ser.
Con su propia visión de bienestar.
Promoviendo que la derrama económica distribuya los beneficios a toda la cadena productiva.
Porque el tren seguramente no tendrá el mismo impacto en los diferentes lugares ni tendrá los mismos requerimientos para el desarrollo.
Debemos generar la mezcla exacta para cada lugar.
Es claro que un programa como “Sembrando vida” va a tener un impacto mucho mayor en la zona maya, que en la zona de Bacalar o en Cancún.
O que los créditos que se pongan a disposición de las micro y pequeñas empresas deben tener una apertura y tiempos diferenciados, atendiendo la dinámica productiva y llegada de visitantes con los que se cuenta.
El tren moverá mucho más que mercancías y personas.
Con éste podemos generar desarrollo, revalorizar la cultura y poner en valor los recursos naturales, pero ello supone la integración y participación activa de todos.
Señor presidente:
Aunado a la esperanza que significa este magno proyecto, es indispensable que sigamos todos avanzando.
La atención de la pandemia del coronavirus ha implicado inversión importante que prácticamente cancela posibilidades de impulsar otros proyectos de infraestructura indispensables para atender nuestros rezagos y retos.
Por eso nos da mucho gusto la construcción y el inicio de las obras de este tren que estoy seguro será muy importante para la región y para México.
Hoy más que nunca, hacer patria significa, hacerle justicia al sur sureste de mexicano.
La construcción del Tren Maya es un paso firme en el cumplimiento de este objetivo, que los quintanarroenses celebramos, ¡apreciamos y apoyamos!
Juntos, sigamos haciendo historia ¡con visión de futuro!
Muchas gracias.