Buenas tardes.
Me da mucho gusto verles, saludarles, estar aquí en Playa del Carmen siempre es un gusto. Me da también mucho gusto saludar a la doctora María Fabiola Alanís, Comisionada Nacional del Conavim, bienvenida María Fabiola, gusto saludarte, qué bueno que nos acompañas, gracias por todo tu apoyo, tu ayuda para este trabajo tan importante que es la erradicación de las conductas violentas hacia las mujeres, muchas gracias.
Saludo a los representantes de los poderes del estado al diputado Eduardo Martínez, al magistrado Gustavo del Rosal, saludo a la presidenta municipal de Solidaridad a Lili, saludo también a los presidentes municipales de Isla Mujeres, Puerto Morelos, José María Morelos y Lázaro Cárdenas, bienvenidos.
Saludo a don Ernesto Padrón, al señor Fiscal, a mis compañeros del gabinete, Lucio, Silvia. Saludo a la diputada Kira, a las regidoras, regidores del ayuntamiento, autoridades federales, estatales, municipales, a todas y a todos mucho gusto en saludarles.
Es muy importante estar aquí para inaugurar este centro en Solidaridad.
Una de las más altas responsabilidades que hemos querido dejar como legado en este gobierno ha sido el fortalecimiento de nuestras instituciones, como decía atinadamente María Fabiola, a partir del trabajo conjunto, la suma de esfuerzos de todas y todos los actores sociales para darle rumbo a Quintana Roo.
En el tema de la violencia de género, hemos trabajado todos estos años para erradicar cualquier tipo de violencia contra las mujeres y las niñas y en este tema también estamos conscientes que solo con alianzas y entre todas y todos lo podemos lograr.
A menudo me preguntan si es posible poner fin a la violencia contra las mujeres dada la alta incidencia de estos delitos.
Mi respuesta es que sí, que no es fácil, pero que hay que trabajar mucho para lograrlo. Y es posible, pero solamente si lo hacemos todas y todos juntos, porque es un tema en el que todos somos responsables y ha llegado el momento en que debemos de cumplir con todos los compromisos hechos para ello.
Este centro, esta casa que hoy inauguramos es un pequeño grano de arena que se suma a todo lo que aún nos falta para lograr una plena erradicación de la violencia.
Hemos conseguido muchos avances. Juntos hemos logrado romper el silencio, lo platicábamos hace un momento con María Fabiola y cada día son más quienes no se callan y denuncian las causas que generan la violencia y cada vez más las organizaciones, mujeres, hombres y jóvenes se movilizan contra la violencia y ayudan a las víctimas.
Es por ello que este centro que hoy compartimos no es simplemente una inauguración de un espacio físico. Es una punta de lanza para la enseñanza sobre derechos humanos, igualdad, respeto mutuo, que sirva de inspiración para que las nuevas generaciones asuman el liderazgo y combatan de raíz la violencia contra mujeres y niñas.
Las expectativas de este centro deben ser altas porque estamos ante un tema de proporciones que merece atención prioritaria por parte de todo tipo de autoridades y de la sociedad civil en especial. La paz y el progreso no son posibles mientras las mujeres vivan con miedo a sufrir violencia.
Yo celebro en esta iniciativa se esté trabajando de la mano de instituciones federales, estatales, municipales, de los poderes del estado, porque solo funcionan cuando hay un liderazgo decidido y solo así se puede acordar acciones preventivas que aborden efectivamente la violencia contra las mujeres.
Hay que seguir insistiendo, tener mayor conciencia sobre lo que esto significa, es una amenaza a la democracia, un obstáculo para conseguir la paz duradera, una carga en las economías y una violación atroz de los derechos humanos.
A medida que más y más personas crean que la violencia contra las mujeres es inaceptable y se pueda evitar, a medida que más agresores reciban el castigo que merecen, el cambio para poner fin a la violencia contra las mujeres se hará más real.
No se trata de un asunto que concierne solamente a las mujeres, es responsabilidad de todos. El tiempo de la tolerancia y las justificaciones a este tipo de violencia debe de terminar.
Si todas y todos nosotros, personas, el gobierno, sociedad civil, sector privado, estamos poniendo voluntad y determinación para poner fin a la violencia contra las mujeres, podremos decir que estamos en el camino correcto.
Y por eso me da mucho gusto que inauguremos este centro, que entre todos nos hayamos puesto de acuerdo para poder lograrlo, para poder alcanzarlo y que tengamos la oportunidad de ofrecer este espacio de servicios que en mucho ayudará a erradicar este mal.
¡Juntos Salimos Adelante!
Muchas gracias.