Buenas tardes, con el gusto de saludarles.
Me da mucho gusto la firma de este convenio que estoy seguro ayudará en mucho al estado en la lucha contra la violencia contra las mujeres.
Me da mucho gusto saludar al señor rector de la Universidad Autónoma de Quintana Roo y agradecerle el que tengamos la posibilidad de este equipo de trabajo, de este esfuerzo a través de este convenio, muchas gracias señor rector.
Agradezco la presencia de los representantes de los poderes del estado, a la diputada Susana Hurtado, representante de la XVII Legislatura del estado y a la maestra María Guadalupe Cámara, consejera en representación del Tribunal Superior de Justicia de Quintana Roo.
Saludo al señor Fiscal General del estado, don Óscar Montes de Oca; a la doctora Silvia Damián, al maestro Alfredo Ceballos, al doctor Arturo Contreras, a don Lucio Hernández, Rocío Moreno, María Elba Carranza, a Luz Margarita González, a Norma Salazar.
Y también saludo al equipo de académicas, académicos, investigadoras e investigadores del proyecto de la Universidad en contra de la Violencia hacia las Mujeres.
Me da mucho gusto saludar a la secretaria de la universidad.
Amigas, amigos:
Se cristaliza hoy un proyecto que parecía complicado y difícil, coordinar a las diversas instancias involucradas en la atención del fenómeno de la violencia contra las mujeres en el estado. Una situación que crecía día con día y que parecía no tener soluciones ni prontas ni efectivas.
Este convenio es resultado de muchas horas de trabajo, de reuniones diarias, semanales en las que se expusieron los problemas inherentes a la violencia contra mujeres, niñas, niños y adolescentes en muchos hogares quintanarroenses y también en las calles y lugares públicos porque brindará a las dependencias y entidades del gobierno del estado herramientas para focalizar e impulsar acciones que permitan la eliminación de las conductas violentas y también de discriminación.
De ahí su importancia y necesidad de seguir construyendo mejores condiciones para todas y todos.
Gracias a las voluntades, compromisos de quienes encabezan las instituciones, hoy venimos a confirmar que deseamos que en Quintana Roo se detenga y ponga fin a este lastre que duele, lastima y ofende a todos.
Porque la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos y es consecuencia de la discriminación que sufre tanto en las leyes como en su vida cotidiana, así como de la persistencia de desigualdades por razón de género.
Esta violencia impide el avance en muchas, en muchas áreas incluidas la erradicación de la pobreza, la lucha en favor de la salud, de la paz, de la seguridad.
La violencia contra las mujeres y las niñas se puede evitar y la prevención es posible y esencial.
En mi gobierno no hicimos caso omiso a la recomendación de la organización de las Naciones Unidas que en la Asamblea General del 20 de diciembre del ‘93 aprobó la declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
Tampoco desatendimos los temas de las interconexiones estructurales entre la igualdad de género y el desarrollo urbano, el papel de la urbanización eficiente, como el camino hacia el desarrollo sostenible como temas de la Agenda Urbana 2030 que están orientadas a garantizar que las ciudades y los asentamientos urbanos sean inclusivos, seguros, resistentes y sostenibles.
Y se compromete a proporcionar acceso universal a un medio ambiente seguro e inclusivo, accesible, verde, con espacios públicos, con referencia explícita a las mujeres.
Por el contrario, analizamos, aprendimos y retomamos propuestas que pudieran mejorar la forma en la que se encargar los retos del futuro como el cambio climático, el crecimiento de la mancha urbana, la demanda de vivienda, la contaminación que altera la calidad de vida humana y del medio ambiente.
Y por ello de acuerdo a la actualización del Plan Estatal de Desarrollo 2016-2022 se han establecido estrategias y homologado criterios para combatir y prevenir el delito, sin embargo, es indudable que la inseguridad sigue encontrando caminos para reproducirse, esto es como resultado de un complejo entramado de problemas sociales que vienen y datan de mucho tiempo atrás.
Por lo cual reafirmamos que para que una sociedad sea corresponsable es necesario establecer condiciones y relaciones de confianza recíproca, que sin éstas es imposible alcanzar cualquier tipo de metas colectivas, de ahí que resulte prioritario crear una agenda de seguridad ciudadana que ponga en primer lugar la protección de las personas, que sea coherente con la idea del desarrollo humano y que se erija como un poderoso instrumento de gobernabilidad.
Respetamos siempre la propia Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del estado de Quintana Roo que establece que en el estado se deberá impulsar además de programas para la eliminación de la violencia, el generar investigaciones y estadísticas para entender y atender el fenómeno de la violencia de género.
Todas y todos coincidimos que la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo.
Se producen muchos casos cada día en todos los rincones del planeta. Este tipo de violencia tiene graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo al impedirles participar plenamente en igualdad con la sociedad.
La magnitud de este impacto tanto en la vida de las personas y familias como de la sociedad en su conjunto es inmensa.
Las condiciones que ha creado la pandemia confinamiento, restricciones a la movilidad, aislamiento, estrés, incertidumbre económica han provocado un incremento alarmante de la violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado y han expuesto todavía más a las mujeres a otras formas de violencia, desde el matrimonio infantil hasta el acoso sexual en línea.
Es por todo lo anterior que me da mucho gusto poder firmar este convenio y concretar finalmente acciones más que palabras.
Les invito a que se cumpla cabalmente porque sólo así es que podemos afirmar que juntos salimos adelante.
Muchas gracias.