Buenas tardes, cómo están.
Me da gusto saludarles, qué bueno estar en esta Presentación de Resultados de la Verificación Virtual a las Obligaciones de Transparencia.
Me da mucho gusto saludarles. Saludar al diputado Eduardo Martínez, presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la Legislatura del estado; licenciado José Orlando Espinosa, comisionado presidente del Instituto de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales; a la licenciada Magda Lozano Ocman y al maestro José Roberto Agundis Yerena, comisionados del instituto.
Saludar a todas y a todos los invitados a este evento que me parece de gran trascendencia para todos los titulares, a las y los titulares de los sujetos obligados del poder ejecutivo, representantes de partidos políticos, diputadas diputados de la Legislatura del Congreso del Estado.
Amigas y amigos:
Les decía me da mucho gusto estar con ustedes y acompañar esta presentación de Resultados de la Verificación Virtual Oficiosa a las Obligaciones de Transparencia y desde ya felicito a todas las dependencias y organismos que han sido galardonados.
Desde el inicio de esta administración que pronto finaliza, con la participación de muchos quintanarroenses realizamos un ejercicio ciudadano para definir el Quintana Roo de más y mejores oportunidades para todos. Ese trabajo colectivo derivó en el Plan Estatal de Desarrollo que se constituyó como referente de nuestra gestión y en el cual quedó reflejada la aspiración de todas y todos los ciudadanos de contar con gobiernos y gobernantes que respondieran con eficiencia y transparencia a sus demandas, que actuaran con ética y responsabilidad social en su tarea de contribuir al impulso del desarrollo del estado y del bienestar de su gente.
Hoy la sociedad demanda gobiernos más abiertos al escrutinio y a la evaluación. Exige también gobiernos sensibles, cercanos y que brinden confianza. Para lograr esto, fue indispensable un cambio de actitud. Se requirió el transitar de una cultura de la corrupción como la que vivimos en años anteriores, a una cultura de la legalidad, la transparencia y la honestidad.
Se necesitaba que los servidores públicos no solamente asumieran la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir la ley, sino que también actuaran en conjunto con las y los ciudadanos, para prevenir y erradicar la corrupción en sus distintas modalidades.
Quintana Roo tenía una gran deuda con las y los quintanarroenses. El modelo administrativo seguido por décadas la excesiva concentración de poder desembocaron en una gestión más deficiente y en una limitada participación de la sociedad en los asuntos públicos.
Las debilidades del marco normativo, organizacional e institucional abrieron espacios, lo repito, a la corrupción y a la impunidad. Minaron la vigencia del Estado de derecho y socavaron la credibilidad del gobierno y la confianza ciudadana en sus instituciones.
El reto que afrontamos fue transitar de una democracia donde la participación de la sociedad estaba limitada a la elección de sus gobernantes, a una democracia de ciudadanos, donde las instituciones garantizaran el pleno ejercicio de sus derechos.
Esta visión más amplia de la democracia implicó la redefinición de la acción de gobernar, porque un gobierno democrático busca consolidar la construcción de una gestión pública con fundamento en un Estado de derecho, con principios de honestidad, transparencia, responsabilidad y eficiencia, que rinda cuentas y que esté en todo momento dispuesto a someterse al escrutinio y evaluación por parte de la sociedad.
Eso es lo que quisimos para nuestro estado en estos seis años: la medición y evaluación de la gestión pública, la profesionalización del servicio público y los renovados compromisos de combate y detección de prácticas de corrupción.
Fue imperativo hacer más transparente la gestión administrativa y consolidar una nueva cultura de rendición de cuentas en favor de la sociedad.
Los indicadores nacionales son el más claro ejemplo de lo que estoy señalando.
Al principio de nuestra gestión éramos de los últimos lugares a nivel nacional en materia de transparencia y hoy estamos en los primeros cinco primeros.
Es por ello, que una de las prioridades que marcamos fue la de consolidar una nueva relación del gobierno con la ciudadanía, la aplicación irrestricta de la ley y la plena vigencia de los principios de integridad, transparencia y rendición de cuentas.
Así es como nos enfrentamos a la corrupción, manteniendo una estrecha relación y corresponsabilidad entre autoridades federales, estatales y municipales, ya que la ciudadanía no distingue entre la competencia de un acto delictivo del orden federal o local, y sin embargo, demanda y exige una pronta respuesta por parte de sus autoridades.
Asimismo, vale la pena señalar que el ciudadano, también suele entender la corrupción como el abuso de poder por parte de los funcionarios públicos para favorecerse ellos mismos.
Quintana Roo necesitó transitar de una cultura de corrupción a una cultura de legalidad en donde todas y todos los ciudadanos y servidores públicos no sólo asumiesen la responsabilidad de aplicar y cumplir con la ley en todas sus actuaciones, sino también de prevenir, rechazar, denunciar y sancionar las conductas ilícitas.
Estamos conscientes que todo fue posible a partir de ampliar los espacios de participación ciudadana que facilitaron la transparencia y la rendición de cuentas en los distintos ámbitos de la gestión gubernamental.
Asimismo, fue importante la promoción de mecanismos de monitoreo y evaluación social sobre los compromisos, acciones y programas que se establecieron dentro de la administración pública.
Un buen gobierno es resultado de un diseño institucional en donde la participación de la sociedad juega un papel fundamental. Hoy día la sociedad demanda con mayor fuerza un gobierno más abierto al escrutinio y a la evaluación de las y los ciudadanos. Exige un gobierno sensible, que sepa escuchar, que se sienta cercano a la gente y en quien pueda confiar. Es decir, un gobierno honesto, eficiente y transparente.
En este sentido, todas y todos los funcionarios de esta administración han venido realizando una profunda transformación interna que permitirá, en el futuro, reforzar y reorientar las facultades que tienen de control, evaluación y desarrollo administrativo en las dependencias y entidades del gobierno para lograr la consolidación de una administración pública, en la cual la gente tenga plena confianza, y en donde los servidores públicos tengan un verdadero compromiso de servicio en favor de la sociedad.
En resumen, tuvimos un compromiso decidido de prevenir y combatir la corrupción.
Quiero nuevamente felicitar a quienes tuvieron estos reconocimientos. Hoy cada quintanarroense puede tener la plena certeza que ante hechos ilícitos el gobierno ha manejado Cero Tolerancia y no existió excepción alguna en la aplicación de la ley.
Es el mejor ejemplo y legado que podemos dejar para el futuro.
Muchas gracias