Me da mucho gusto saludarles, empiezo saludándote y felicitándote por este informe, pero además por todas las acciones que hemos venido implementando, trabajando a lo largo de todo este tiempo en el que me consta el ánimo, el deseo y sobre todo las acciones que se han emprendido en bien de la transparencia, en bien de la participación ciudadana, en bien de lograr esa apertura de los espacios públicos y sobre todo de los recursos públicos, en el uso que de ellos se hace y en la forma en la que los ciudadanos deben participar para evitar a toda costa este tan lamentable tema de la corrupción.
Así que felicidades Cynthia por tus acciones y por supuesto por el informe y a todos los miembros del Comité Coordinador del Sistema Anticorrupción del Estado y por supuesto también de la participación ciudadana que han estado muy activos sobre todo con toda una gran responsabilidad que han venido llevando a cabo y que yo celebro y felicito de nuevo, así que muy bien, muy buen informe.
Evidentemente pensar en la corrupción siempre será un tema fundamental y más cuando en Quintana Roo, como bien Eduardo comentaba hace un momento, la situación era muy grave, una situación total de oscuridad, de falta de transparencia y que a lo largo de estos años hemos tratado de ir abriendo, facilitando y, sobre todo, impulsando a que esta participación ciudadana se dé, porque me queda claro que es la única forma en la que vamos a poder mantener estos esquemas sin importar quien sea, quien esté al frente de la administración estatal, municipal o como se dé. Es sin duda la participación de los ciudadanos y las ciudadanas lo que nos permitirá tener esta posibilidad.
Sabemos que la corrupción es un tema actual en el mundo, los medios de comunicación, y casi todo lo que vemos y escuchamos, tienen muchas de estas denuncias, escándalos, crisis que se dan por ello.
Sin embargo, a pesar de toda esta difusión de noticias pocas veces tenemos la oportunidad de realizar un análisis profundo sobre este fenómeno social y menos actuar de manera tan directa y tan comprometida como ahora y lo que es grave en muchas ocasiones no se llega a sancionar adecuadamente a quién comete estos actos de corrupción esto ocasiona una frustración generalizada y muchas confusiones al respecto.
La sociedad necesita conocer más sobre ello, sus entretelones, sus causas, sus orígenes y sobre todo cómo y dónde se da.
Por eso, desde el principio de la administración la idea fue abrir las puertas para la investigación, la denuncia, lograr el esquema de gobierno abierto, abrir y dar todas las posibilidades para que la ciudadanía participe, lograr mejores niveles en materia de transparencia, donde éramos uno de los estados más atrasados en ello, éramos el lugar 32 de 32, alguna vez yo dije “pues no nos puede ir peor porque no hay 33”.
Pero ahora, sin duda, poder avanzar y estar en los primeros lugares ha sido un gran esfuerzo, quisiéramos ir todavía más rápido y alcanzar mejores lugares que estoy seguro vamos a lograr, a veces nos cuesta, el poder jalar a todos los municipios en el mismo ritmo y eso nos hace descender algunos lugares, pero seguimos en ese mismo camino, teniendo en cuenta que la corrupción es una cuestión recurrente en la vida de la humanidad y particularmente en la administración pública.
Desde hace más de 2,000 años, cuando un gobernante en la India enlistó por lo menos 40 maneras para malversar fondos del gobierno, hasta hoy muchos acontecimientos históricos han sido marcados por la corrupción.
Pareciera que el subdesarrollo y la corrupción se fueron alimentando orgánica e indefinidamente todo parece haber empezado desde hace miles de años, muchos años y hoy sabemos que la corrupción ha estado y está presente en la vida de los seres humanos casi en forma permanente y se presenta también en una cuestión con dimensiones globales.
Hoy más que nunca sabemos que la corrupción no es una demostración del subdesarrollo de algunos países o Estados, sino de todos y en donde por supuesto debemos de actuar con la misma fuerza con la que lo hacemos en otros sectores de nuestra sociedad.
No hay primicia cultural, racial, geográfica o social, no se puede afirmar que hay naciones corruptas y otras que no lo son, los escándalos de corrupción son tantos y en todas las latitudes que globalizan el tema. Resulta duro y difícil de admitir, pero su sombra cubre a casi todas las organizaciones creadas por los seres humanos.
En definitiva, la corrupción es la esencia del abuso del poder. Incluye actos incorrectos, aunque éstos no sean antijurídicos, se manifiesta a través de abusos en diversos hábitos, sea en la órbita estatal o privada, que benefician directa o indirectamente a una persona o a un grupo de personas.
En muchos casos sintetiza lo ilícito y lo incorrecto de manera simultánea. En realidad, estos hechos asoman en ámbitos económicos, sociales, políticos, culturales, universitarios, deportivos e incluso periodísticos.
Si partimos de esta situación, tenemos que aceptar que convivimos con una suerte de cultura de la corrupción donde las denuncias que generan escándalos o la llegada de nuevos escándalos con lo que la corrupción se complementa con una insultante impunidad.
Los hechos denunciados parecen condenados a la desmemoria, perdidos en los aspectos legales y con frecuencia no desembocan en una sentencia legal contra las personas implicadas.
El funcionamiento satisfactorio de una sociedad depende de la confianza mutua y del uso de normas explícitas e implícitas que sean cumplidas por toda la ciudadanía.
En la sociedad y en la administración pública deben crearse condiciones que impidan el florecimiento de la corrupción, entre otros asuntos deben existir niveles aceptables de equidad, de igualdad y una educación que afecte desde sus orígenes toda forma de abuso de poder.
No se trata, entonces, solo de combatir la corrupción, también hay que prevenirla. Creo que en Quintana Roo podemos hacer un tratado y una enciclopedia de todos estos hechos de corrupción que se dieron en los últimos años, llenaríamos varias estanterías de cualquier librero, si entendemos el problema de la corrupción como algo complejo y a la vez sistémico hay que instrumentar a su vez respuestas sistémicas y estructurales, si no hay explicaciones simples debemos hacer un esfuerzo por comprender el fenómeno de la corrupción en su real complejidad.
Las respuestas no se agotan en el campo jurídico, policial o en lo económico, las respuestas deben ser evidentemente políticas con el fin de impedir que la corrupción sea vista y procesada como un problema de los demás y no nuestro.
Sigamos trabajando coordinadamente para combatir este problema, es tarea de todos, sociedad, gobierno, impartidores de justicia, organismos relacionados por velar por la claridad de los actos todos al unísono y juntos, estoy seguro que podemos lograrlo.
Y por eso celebro la participación ciudadana en estas actividades.
Cynthia, amigas, amigos, vamos a seguir trabajando y abriendo todos los espacios que sean necesarios para poder dar mejores resultados en este sentido, que no se acaba y al que debemos de trabajar todos los días sin faltar ninguno, porque en todos los diferentes niveles del gobierno, en todos los diferentes niveles de cada una de las diferentes instituciones hay todos los días una acción que combatir, una tradición o cultura que cambiar, un esquema que modificar y en muchos casos muchas personas que se sienten con la suficiente fuerza, jerarquía o poder para seguir haciéndolo así, o muchos quienes quieren llegar a esos espacios para hacer exactamente lo mismo.
Por eso debemos de trabajar a fondo en evitarlo, y como dije hace un momento, hay que hacerlo día a día.
Cuenten conmigo, cuenten con el Gobierno del Estado para salir adelante con estas acciones y en esta situación.
Y de nuevo muchas felicidades Cynthia, felicidades a todo el Comité y sobre todo felicidades a los ciudadanos por su participación en estas acciones tan importantes para nuestra sociedad.
Muchas gracias.