Buenas noches.
Vamos a iniciar este informe rindiendo honores a quien se nos ha adelantado en el camino, a quienes han fallecido derivado de este coronavirus, el Covid en Quintana Roo.
Yo les invito hacer un minuto de silencio en memoria de todos ellos.
Muchas gracias.
Amigas y amigos:
Después de haber entregado al Congreso del Estado el informe del cuarto año de gobierno, quiero comunicarme con ustedes de una forma diferente, porque vivimos un tiempo diferente.
Hacer un recuento de lo que hemos hecho y estamos haciendo, para juntos salir adelante de esta pandemia mundial, que cambió nuestra manera de vivir.
La batalla ha sido intensa, y aunque la lucha continúa, vamos avanzando en el camino correcto.
Comentarles sobre los avances en otros temas fundamentales para nuestro futuro.
Y platicarles que vienen proyectos muy importantes en los próximos meses, que nos llenan de esperanza y ánimo.
Antes de empezar quiero agradecer a quienes han sido protagonistas en la lucha contra la pandemia.
Hoy aplica la famosa frase de Sir Winston Churchil, “nunca tantos, le debieron tanto a tan pocos”.
Más de un millón quinientas mil personas se quedaron en casa cuidándose, mientras diez mil trabajaban para salvar vidas.
Quiero expresar nuestra gratitud a las médicas y los médicos, al personal de enfermería, químicos, laboratoristas y a todo el personal del sector salud.
Gracias de todo corazón.
Nuestro agradecimiento a nuestras y nuestros policías.
También a los miembros de la Guardia Nacional, y a nuestros soldados y marinos.
Gracias a nuestras compañeras y compañeros de la Procuración de Justicia Laboral, de las Juntas, y de la administración del agua.
A los brigadistas conocidos como “gorras y chalecos amarillos”, y al gran equipo de la Cruz Roja.
Nuestro agradecimiento a los empresarios del sector turístico, comerciantes y transportistas. Gracias a todos los que mantuvieron en operación las actividades esenciales.
Gracias al Presidente de México, y a sus colaboradores de la Secretaría de Salud, del IMSS, INSABI, de la Cancillería, de SECTUR y de Segalmex, de Hacienda.
A las y los señores presidentes municipales que han sido fundamentales. Gracias por su altura de miras.
Agradezco a mi equipo de trabajo, a las secretarias y secretarios, directoras y directores y a todos sus equipos que hicieron un gran trabajo y a toda la sociedad quintanarroense quienes con su fortaleza y solidaridad nos acompañaron en estos momentos difíciles.
Y a título personal, agradezco a mi esposa, Gaby Rejón, por otro año intenso de trabajo en el DIF y de apoyo incondicional a mí, a nuestra familia y a nuestra sociedad.
Muchas gracias Gaby.
Gracias también a toda mi familia, a mi madre, a mis hijos, a mis hermanos y a todos quienes en estos momentos han estado junto a mi apoyándome en este momento complicado de Quintana Roo.
Desde aquí desde este nuevo C5 de Quintana Roo, empecemos platicando sobre el reto de la pandemia del Covid-19, al que yo he llamado “el desafío de la esperanza”.
El sábado 18 de enero, la Secretaria de Salud me alertó sobre un nuevo virus en China que podría ser un gran problema.
Decidimos que nuestro personal de epidemiología viajara a México para capacitarse en ello.
Sin saber con claridad lo que el destino nos deparaba, sabía que en el tema de salud habíamos logrado avances significativos.
Es importante recordar que recibimos un sector debilitado, ineficiente y lleno de carencias.
El reto ha sido mejorar el servicio, el abasto de medicamentos, y ampliar la infraestructura.
Al cierre del 2019, aumentamos de 32 a 47 el número de especialidades en nuestros hospitales y logramos la acreditación de calidad en 198 servicios y unidades médicas.
Incorporamos a más de mil trabajadores de las áreas médica y paramédica.
Pusimos en marcha el Hospital General Kumate de Cancún, que recibimos abandonado y sin inaugurar.
Invertimos $401 millones de pesos para equipar unidades médicas, como el Hospital Oncológico de Especialidades de Chetumal, que está programado para ser el más importante de la región.
El 27 de febrero se confirmó el primer caso positivo en México, y el 13 de marzo, el primer caso positivo en nuestro estado.
Recordarán que fue una mujer italiana residente en Cancún, que regresó de Italia infectada. Afortunadamente, salvó su vida.
Con el respaldo de las autoridades federales de salud, diseñamos 40 protocolos de atención.
Empezamos a capacitar a todo el sector turístico.
Especialmente trabajamos con 375 hoteles en la elaboración de sus planes de actuación y la logística que debían tener.
Para el 15 de marzo, teníamos un 82% de ocupación, con más de 332 mil visitantes en el estado.
Empezó la salida masiva de turistas, las cancelaciones de reservaciones y 7 días después sólo quedaban 80 mil.
Nos preparamos con 15 hoteles de bajo costo para turistas rezagados, e inclusive preparamos albergues para quienes no podían pagar.
Frente a este escenario inédito, la mejor apuesta era entender los alcances de la epidemia, contar con información confiable y, con base en ello, tomar decisiones.
Escuchamos a los expertos en diferentes campos. Tuvimos que aprender muchas lecciones en poco tiempo.
Platiqué con empresarios, comerciantes, amas de casa, transportistas, estudiantes, empleados y empleadas para conocer sus necesidades.
Para pagar el costo de lo que requeríamos para enfrentar la pandemia, era necesario reorientar el gasto presupuestal y hacer ahorros.
No hubo recursos federales adicionales.
Afortunadamente, nuestro equilibrio financiero basado en mantener la disciplina y la austeridad, nos ha permitido avanzar.
Es importante contarles que los primeros tres años, hicimos grandes esfuerzos, ya que nos entregaron una administración quebrada.
Tengan en cuenta que por cada peso que ingresaba a nuestras arcas, 85 centavos iban a pagar los servicios de deuda.
Lo grande o lo grave no fue en sí la magnitud del endeudamiento, sino el despilfarro y el saqueo que se hizo de él.
Nuestro primer gran reto fue contener el crecimiento de la deuda, pero sin descuidar las inversiones productivas, ni los servicios públicos que requieren los quintanarroenses.
En 2016, la deuda per cápita de cada quintanarroense era de $15,335 pesos y yo me comprometí a disminuirla.
Con disciplina y ahorro, la deuda ha bajado a $13,007 pesos por cada habitante.
El impacto de la disciplina financiera y fiscal del Gobierno del Estado, logró reducir la deuda en $2,728 millones de pesos constates.
Negociamos la baja de la tasa de interés real promedio, de 4.8% en el cuarto trimestre de 2016, a 3.9% en el primer trimestre de 2020.
Eso nos ha dado liquidez y nos permitió asumir compromisos.
Uno de ellos fue el del agua, nuestro recurso vital continuamos dando prioridad a obras de infraestructura y equipamiento para mejorar los servicios básicos que prestamos y mejorar el medio ambiente.
Las inversiones en agua potable, saneamiento, drenaje sanitario y pluvial realizadas por CAPA en estos cuatro años de gobierno representan casi 2000 millones de pesos, siendo la suma más grande invertida en la historia del Estado, solo en este año 2020 se ejercieron ya 656 millones de pesos con obras que benefician a más de 400000 habitantes de 19 localidades urbanas y rurales en los municipios de Bacalar, Cozumel, Felipe Carrillo Puerto, Lázaro Cárdenas, José María Morelos, Othón P. Blanco y Tulum.
El 19 de marzo lanzamos el plan “Juntos Saldremos Adelante”, que organizó nuestras acciones en torno a tres grandes prioridades:
Primero, salvar vidas.
Segundo, apoyar a las familias.
Y tercero, reactivar la economía.
Lo más importante siempre ha sido salvar el mayor número de vidas.
Nos enfocamos a cuidar a las personas más vulnerables, por su edad o por su condición de salud, en especial a las mujeres embarazadas.
A través de “Médico en tu Casa”, se han atendido a 49,537 personas y se han entregado 44,256 medicamentos.
Otra tarea fundamental ha sido evitar que el sistema hospitalario se colapsara por el ingreso masivo de enfermos.
De acuerdo con nuestras predicciones matemáticas, nos iban a faltar camas y equipo para la atención de pacientes con coronavirus.
La situación requirió una inversión adicional de $961 millones de pesos.
Aumentar en cuatro meses 600% la infraestructura hospitalaria y habilitar 966 camas, para pacientes con Covid, 278 de ellas con ventilación mecánica, ha sido una labor titánica.
El siguiente paso fue contratar 838 profesionales de la salud, incluyendo médicos generales, especialistas, personal de enfermería, camilleros, laboratoristas, entre otros.
Hoy tenemos a 2,900 personas dedicadas a la atención exclusiva de pacientes Covid y multiplicamos por cinco nuestra capacidad de procesamiento de pruebas PCR.
Y aún necesitamos más.
Por otra parte, era indispensable proteger a quienes se quedaron atendiendo las actividades esenciales, mientras la mayoría de la población se quedaba en casa.
Les entregamos equipo de protección y capacitamos a 25,957 personas, entre policías, médicos, personal de enfermería y los trabajadores de las tiendas de abasto.
También adquirimos medicamentos, materiales e insumos para los profesionales de la salud, con una inversión de $248 millones de pesos.
La segunda prioridad del plan “Juntos Saldremos Adelante”, fue proteger a las familias.
Para que estuviéramos juntos y nos quedáramos en casa, lanzamos el programa “5 apoyos para la tranquilidad familiar”.
Realizamos el mayor esfuerzo de apoyo alimentario que se haya dado en el estado y estoy seguro el más ambicioso en todo el país.
Entregamos 1,042,251 despensas.
Para que la gente no se arriesgara a contagiarse saliendo de casa, las llevamos hasta la puerta de cada hogar, casa por casa a través de 3,000 brigadistas.
Otorgamos 41,735 apoyos en el suministro de agua potable, entre deducciones, exenciones y facilidades de pago, en favor de más de 500 mil familias.
Gestionamos un subsidio de luz por $37 millones de pesos para pagar la mitad del recibo bimestral, dirigidos a beneficiar a medio millón de usuarios de bajo consumo el 68 % de la población del estado.
Apoyamos con vales de 4 kilos de gas en favor de 400,000 familias las más necesitadas.
Implementamos el programa “Estamos contigo”, que ha atendido en casa la salud física, mental y emocional de 1,700 pacientes.
En este caso y en este campo, advertimos que el confinamiento obligatorio, sería un factor que aumentaría la violencia en el hogar.
Por ello, diseñamos el programa “Sin violencia en casa”, que busca proteger a las niñas, niños, adolescentes y mujeres, que se quedaron en su hogar durante la pandemia.
Al día de hoy, hemos atendido a 2,793 mujeres en condición de violencia, con apoyos en materia de alimentación, alojamiento, transporte, atención médica y asesoría jurídica, y se ha castigado a los agresores.
Por otra parte, ante la preocupación de los padres de familia y los docentes, el sistema educativo estatal mantuvo las actividades escolares por medios electrónicos.
Desarrollamos la estrategia “Aprende en casa”, que difundió los materiales educativos por televisión e internet.
Se creó el Canal 4.2 en el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social dedicado exclusivamente para la educación.
Gracias a la prepa modular que es una iniciativa del estado y es modelo nacional y a la prepa en línea, ya alcanzamos el 100% de cobertura en educación media superior.
Hoy cada joven que egresa de secundaria cuenta con un espacio para educarse.
Finalmente, para estar junto a las familias, instalamos 5 carpas en la entrada de hospitales para la atención de sus familiares, de los familiares de los pacientes hospitalizados.
Con todas estas acciones, le hemos dicho a las familias quintanarroenses: ¡No están solas!
Cuentan conmigo, cuentan con mi gobierno. ¡Estamos juntos!
La participación de casi todo el sector económico ha sido ejemplar y de gran compromiso y solidaridad.
A nuestra convocatoria más de 7,500 empresarios decidieron ayudar a la economía familiar de sus trabajadores, con el pago de los salarios durante la emergencia, y con ello, logramos mantener casi 380 mil empleos.
En ese sentido, firmamos un “Pacto de Unidad por Quintana Roo”.
Para quienes no lograron llegar a acuerdos, la autoridad laboral promovió 11,834 convenios entre patrones y trabajadores.
Se recuperaron $491 millones de pesos a favor de los trabajadores, mediante diferentes mecanismos de protección al empleo.
Estábamos conscientes que el confinamiento no podía durar para siempre.
La lucha continuaría.
En Quintana Roo, tenemos un espíritu de lucha, esfuerzo y esperanza.
Y el destino nos siguió poniendo a prueba.
A principios de junio, encaminados hacia la reactivación económica, la Tormenta Tropical “Cristóbal” impactó en comunidades del sur del estado.
Afectó a más de 11 mil 423 familias, en 88 comunidades rurales, 350 kilómetros de caminos y puentes dañados e infraestructura pluvial colapsada.
Personalmente visité la zona y pedí que de inmediato les dieran víveres, agua, láminas, cobijas y enseres.
Mientras atendíamos a los damnificados, me sorprendió percatarme que en todos esos poblados no había alguien infectado con coronavirus.
Los recursos FONDEN son casi inaccesibles.
Sus reglas no contemplan daños por inundaciones y otras afectaciones a las zonas rurales.
Pido a los legisladores en especial a los de Quintana Roo y al ejecutivo federal que nos ayuden.
Que se reconsidere la estructura del FONDEN para que los recursos sean distribuidos en daños turísticos, de carreteras, viviendas, educación y sistemas agropecuarios.
A mi regreso a la capital, a Chetumal, me di a la tarea de preparar la reactivación económica.
Me hace una pregunta.
¿Cómo salir de casa a trabajar, sin perder lo que con mucho esfuerzo hemos ganado?
Era necesario construir un equilibrio entre la protección a la salud y la reanudación de las actividades.
En el marco de la reactivación económica, diseñamos diversas herramientas para poder reiniciar las actividades de manera gradual, ordenada y responsable.
Gradual para indicar qué tanto debe abrir cada actividad, en función de su nivel de riesgo.
Ordenada para señalar con precisión qué actividades empiezan primero y cuáles después.
Responsable para respetar los protocolos, a fin de cuidarnos unos a otros.
Cuando se publicó el semáforo federal, identificamos que no consideraba aspectos específicos de nuestra entidad.
Por ello, diseñamos el semáforo estatal como complemento. Es innovador porque proporciona información diferenciada para la zona norte y para la región sur.
Considera el nivel de riesgo para cada actividad; y se integra por indicadores adecuados a la realidad estatal, como el número de nuevos casos y la disponibilidad hospitalaria.
En mi intervención, durante la visita del presidente López Obrador, señalé que. Los semáforos debían trabajar coordinadamente.
Por fin, el 8 de junio iniciamos la reactivación económica del estado.
Ya habíamos trabajado los protocolos sanitarios para los sectores estratégicos:
Primero el de la construcción; el transporte; y el campo.
De manera especial, destaca nuestro Certificado en Protección y Prevención Sanitaria en Turismo, al que ya se han afiliado más de 7,000 establecimientos del sector.
Después los de las oficinas públicas; los centros laborales; la industria, el comercio y los servicios; y recientemente el de las actividades deportivas.
Publicamos la página “Reactivemos Quintana Roo”.
Un sitio web donde todos tengan acceso a la información del semáforo, las actividades esenciales, la normatividad federal, los lineamientos estatales y protocolos, entre otros.
En la plataforma, se encuentra además el “Geoportal”, herramienta que permite identificar en mapas, los casos activos de Covid-19 en cada una de las colonias en la entidad las zonas donde el mayor contagio.
Para reducir la propagación del virus y promover espacios laborales seguros, echamos a andar la estrategia “Médico en tu Chamba”.
Son médicos que visitan las empresas para brindar orientación de medicina en el trabajo y hacer recomendaciones de prevención sanitaria.
A la fecha, hemos asesorado a 53 obras de construcción y hemos atendido a 8,964 trabajadores.
Las brigadas de “gorras y chalecos amarillos” visitan zonas y colonias de alto contagio, con el fin de concientizar a la población sobre la importancia del uso de cubrebocas, el lavado frecuente de manos y la sana distancia.
Teníamos claro que la llegada del Covid cambió la forma en que nos relacionamos.
Debemos ser conscientes que para salir adelante, necesitamos que cada uno haga la parte que le corresponde.
El riesgo continúa. Podremos engañarnos a nosotros mismos, pero al peligroso virus no.
Si no adoptamos una nueva conducta, nos va a contagiar, a enfermar, o vamos a contagiar a nuestros seres queridos.
¿Cómo sumamos a la gente para adaptarse a esta nueva realidad?
Haciendo equipo una vez más, para adoptar nuevos hábitos.
Sólo con hábitos estaremos en la posibilidad de reducir de manera sostenida los contagios.
Hábitos personales, para la nutrición, la higiene y el ejercicio físico.
Hábitos en el hogar, para la limpieza doméstica y el cuidado de enfermos en casa.
Hábitos en el transporte, para cuidar a los pasajeros en los trayectos y la instalación de filtros sanitarios en nuestras ciudades y para los sitios de migración.
Hábitos en el trabajo, para generar entornos laborales seguros.
Hábitos en escuelas, para la generación de espacios académicos confiables, en beneficio de estudiantes, docentes y personal laboral.
Esa es la batalla que hoy enfrentamos.
Hemos ya logrado disminuir el nivel de contagio, y hoy nuestro semáforo ya está en amarillo en la zona norte, y se mantiene en naranja en la región sur.
En nuestras manos está avanzar, salvar vidas, y reactivar la economía, o retroceder, contagiar y tener que volver a confinarnos.
Cuidémonos y cuidemos a los demás. En esto, estamos juntos.
El plan “Juntos Saldremos Adelante” nos ha permitido retomar el rumbo y construir nuestra nueva realidad, sin riesgos.
Amigas y amigos:
Aquí, desde el C5, que es el Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo más moderno de México y de América Latina.
Instalamos más de 2000 cámaras de seguridad en Cancún, Cozumel, Playa del Carmen Tulum y Chetumal.
Como ha sido una constante en cada año en nuestro gobierno, nos hemos empeñado en lograr que los elementos policiales cuenten con mejores remuneraciones, equipo de protección y seguridad: uniformes, armamento, patrullas, cuatrimotos, y radiocomunicación.
La seguridad y la lucha contra la violencia siguen siendo las demandas más grandes de los quintanarroenses. Aun y cuando podemos decir que todos los indicadores delictivos registraron una tendencia por debajo de los años anteriores, y hemos invertido la cifra récord de 3 mil 500 millones de pesos para garantizar la protección de nuestra población, no es motivo de celebración mientras haya un solo quintanarroense afectado por la inseguridad.
Sin embargo, tal como lo señalamos en el informe pasado, si bien estos números pueden parecer una muy buena noticia, aún hay mucho, mucho por hacer.
Lo que viene no deja de ser audaz y seguiremos dando resultados concretos en transparencia, lucha contra la corrupción.
Impulso al turismo, ordenamiento territorial y cuidado al medio ambiente.
El fortalecimiento de las instituciones, la independencia de poderes, la calidad educativa, un plan de acción para la prevención del delito y la violencia de género con un respeto absoluto por la defensa de la libertad y los derechos humanos.
Avanzamos porque tenemos fe en nosotros mismos, porque en este camino, ¡estamos juntos!
Amigas y amigos:
Quintana Roo es la tierra de la esperanza y las oportunidades.
La gran mayoría de los que vinieron desde hace varias generaciones, o de los que recién llegaron, han traído sus sueños bajo el brazo, con la esperanza de hacerlos realidad.
Y con o sin pandemia, eso no va cambiar.
No lo vamos a permitir.
Vamos a cuidar a nuestros visitantes, cuidándonos nosotros.
Siendo constante en la aplicación de los nuevos hábitos.
Ya nos estamos recuperando turísticamente.
Esperamos cerrar este año recibiendo más de 10 millones de turistas, recuperando el 70 por ciento de los empleos del sector y con una captación de divisas de más de 7 mil 500 millones de dólares.
Impulsaremos la diversificación económica, para seguir posicionándonos como uno de los estados que más generan empleos formales.
Consolidaremos el Parque Industrial con Recinto Fiscalizado Estratégico que cuenta con un régimen aduanero.
En su primera etapa abarca más de 40 hectáreas, proyecta una inversión mayor a los 2,079 millones de pesos y una generación aproximada de 5,000 nuevos empleos.
La proveeduría que genera la actividad turística ubicó el proyecto de la Central de Abastos en la ciudad de Chetumal.
Impactará la región, y también será una oportunidad para llegar a las islas del Caribe y a Centroamérica, con una inversión mayor a los 2,337 millones de pesos, una generación de más de 2,000 nuevos empleos y de 226 nuevas empresas.
Hay importantes oportunidades en puerta.
Continuar con las siguientes fases del Tren Maya.
Ampliar la carretera, Cancún-Playa del Carmen.
Poner en funcionamiento el gran proyecto de movilidad de Cancún.
El puente sobre la laguna Nichupté.
La construcción de una planta de ciclo combinado de hasta 731 Mega Watts de capacidad instalada para atender el crecimiento de la demanda del servicio eléctrico.
La construcción del gasoducto Cuxtal II que conectará a Quintana Roo con el Sistema Nacional de Gasoductos y tendrá capacidad de transportar hasta 240 millones de pies cúbicos diarios de gas natural.
Nuevos proyectos comerciales y hoteleros en el sur del estado.
Y la ampliación de la red de agua potable y drenaje sanitario y pluvial en los 11 municipios del estado.
Hagamos brillar una vez más la estrella de nuestra esperanza.
En el nuevo amanecer de nuestra historia debe quedar marcado como supimos resolver el impacto de esta pandemia en un sentido amplio.
La respuesta social de ser una sola voluntad para enfrentar al enemigo, no fue producto de una imposición.
Fue resultado de nuestra decisión de ser una sociedad participativa y con un profundo sentido democrático.
Dejo ver que, si bien no pensamos todos igual, sabemos ponernos de acuerdo para avanzar.
Y eso es consecuencia que nos hemos acostumbrado a competir, a coexistir y a convivir en la pluralidad de forma cotidiana.
Pronto empezaremos a vivir ese contexto de pluralidad, cuando se acerquen los tiempos ya muy pronto de los comicios electorales.
Como entidad libre y soberana, es imprescindible fortalecer nuestra vida democrática.
Los desafíos que tenemos por delante nos exigen superar inercias y hacer cotidiana la participación ciudadana en la vida cotidiana del ejercicio del poder.
El aumento de las demandas sociales, económicas, culturales y ambientales, propias de una sociedad cosmopolita y diversa como la nuestra, porque en este nuevo proceso electoral que se avecina, la gente espera más y exige más. Todos quieren más oportunidades de progreso y las oportunidades tienen que llegar para todos.
Lo podemos hacer porque que contamos unos con otros, porque que estamos juntos.
Estando juntos, no hay adversidad que nos impida realizar nuestros sueños.
Como aconteció ayer, como pasa hoy y como sucederá mañana, siempre saldremos adelante, ¡Porque estamos juntos!